Cómo adaptar tu casa para la llegada de tu bebé.

Cuando un bebé llega a nuestras vidas, todo se vuelve patas arriba ¡incluida nuestra casa! Y es que, durante esta nueva etapa, adaptar nuestro hogar para prevenir cualquier percance y cubrir todas las necesidades del bebé es fundamental.

No debemos olvidar que cualquier cosa que para nosotros sea lo más cotidiano y habitual, puede representar un peligro para nuestro hijo, ya sea un simple cable que cuelgue, un borde en el suelo a distinto nivel, una figura en una estantería o una simple escalera.

En este artículo veremos las distintas maneras con las que podremos convertir nuestro hogar en un espacio seguro y adaptado para la crianza de nuestro hijo. Si te interesa saber más, quédate para descubrirlas.

¿Con qué debemos tener cuidado?

 

Cuando tienes un bebé en casa, es fundamental ser consciente de los peligros que puede haber para así poder garantizar su seguridad. Entre los peligros existentes, destacan los siguientes:

  1. Objetos pequeños y asfixia: cualquier cosa que dejemos al alcance de nuestro hijo ya sea una bolsita del pan, las llaves o unas monedas, suponen un gran peligro de asfixia o atragantamiento, por lo que debemos estar constantemente pendientes a lo que dejamos a su alcance.
  2. Enchufes: a los niños les gustan mucho los juegos de introducir formas en huecos en los que quepan, si unimos eso con un tenedor que nos hayamos dejado fuera y los orificios de un enchufe, la catástrofe está asegurada. Tampoco hay que olvidar que cualquier cable que haya por el suelo, aunque parezca estar aislado, puede suponer un riesgo de tropiezo, caída y golpe.
  3. Cuerdas y cortinas: las cortinas con cuerdas largas en cualquier habitación, pueden convertirse en un peligro de estrangulamiento.
  4. Cuna y ropa de cama: si la cuna del bebé está repleta de juguetes, peluches o mantas sueltas, estos elementos pueden interferir con su respiración, aumentando el riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL).
  5. Baño seguro: si no comprobamos de forma correcta la temperatura del agua antes de bañar a nuestro hijo, podrá sufrir graves quemaduras, ya que su piel es 5 veces más delgada que la nuestra. De igual manera, si no lo tenemos todo preparado para el baño y salimos, aunque sea solo un momento para coger una toalla, existe alta probabilidad de ahogamiento.
  6. Cocina y productos peligrosos: todos sabemos que los niños tienen las manos muy largas y un sentido del peligro nulo, por lo que los muebles o cajones en cuyo interior guardemos productos tóxicos de limpieza, se convierten en una fuente muy peligrosa. Por supuesto tampoco olvidemos los cuchillos o los elementos punzantes que el bebé pueda tener a su alcance, ya que pueden hacerse mucho daño con ellos.

Estos son solo algunos puntos clave. Es vital mantener una vigilancia constante y adaptarse a medida que el bebé crece y comienza a explorar su entorno. La seguridad del bebé es una responsabilidad compartida que requiere atención constante y ajustes a medida que el niño se desarrolla.

Aprende a adaptar la casa para tu bebé.

 

Adaptar la casa para la llegada de tu bebé es esencial para crear un entorno seguro y adecuado para su desarrollo. A continuación, tienes algunas pautas prácticas:

  1. Crea espacios seguros: asegúrate de que las áreas donde el bebé pasará tiempo estén libres de objetos pequeños que pueda llevarse a la boca y de posibles peligros. Esto incluye juguetes pequeños, monedas y otros objetos que puedan suponer riesgos de asfixia.
  2. Seguridad eléctrica: instala protectores en los enchufes y enrolla los cables para evitar que el bebé los tire o los muerda. De igual manera, usa cubiertas de seguridad para los interruptores de luz.
  3. Muebles y esquinas: coloca protectores en las esquinas de los muebles para prevenir golpes y lesiones en caso de caídas. Asegura estantes y muebles altos para evitar que el bebé los tire.
  4. Cunas y camas seguras: asegúrate de que la cuna cumple con las normativas de seguridad y coloca al bebé a dormir boca arriba. Evita también colocar objetos blandos, como almohadas y juguetes de peluche, dentro de la cuna.
  5. Baño sin riesgos: ajusta la temperatura del agua en el baño para evitar quemaduras y ten a mano todos los productos necesarios antes de comenzar el baño. Nunca dejes al bebé solo en la bañera.
  6. Seguridad en la cocina: utiliza seguros en los armarios que contienen productos químicos y utensilios afilados. Mantén electrodomésticos calientes fuera del alcance del bebé y asegúrate de que las sillas altas estén bien ancladas. A la hora de comer, sienta a tu bebé siempre en una trona, ya que así te asegurarás de que estará bien sujeto y no correrá peligro de caída, como afirman los expertos de Elesanbebé.
  7. Vigilancia continua: mantén una supervisión constante mientras el bebé explora su entorno. A medida que crece, su capacidad para moverse y explorar también lo hace, por lo que es crucial adaptar las medidas de seguridad en consecuencia.
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