El microblading es una novedosa técnica de maquillaje semipermanente con la que puedes perfilar tus cejas y corregir asimetrías. Te explicamos en qué consiste.
No es una leyenda urbana. Toda la zona que conforma el área de los ojos es uno de los signos de belleza más apreciados tanto en hombres como en mujeres. No es por casualidad, las personas buscamos el contacto visual cuando nos relacionamos. Si encontramos una mirada que nos cautiva despierta en nosotros emociones positivas que van desde el deseo hasta la confianza.
La mirada no solo está configurada por el color del iris y por la expresión de nuestros ojos. En ella influyen de forma determinante las pestañas, las cejas y los párpados. Por eso, prestar una especial atención a toda esta parte de nuestro rostro puede hacer que nos veamos más guapas, o guapos, según sea el caso.
Cuidar nuestra imagen tiene un efecto positivo en nuestro comportamiento. No es cierto que principalmente nos arreglemos para gustar a los demás. Cuidamos nuestro aspecto para gustarnos a nosotros mismos. Para sentirnos a gusto en nuestra piel. Esto hace que suba nuestra autoestima, que aumentemos nuestra confianza y que actuemos con más seguridad en la consecución de nuestras metas y en nuestra relación con los demás.
Nuestro aspecto exterior no deja de ser más que una expresión de nuestro sentir interior. Cuando estamos felices eso se refleja en nuestro rostro, se irradia en nuestra mirada. Y buscamos, haciéndonos unos retoques, potenciar aún más el efecto. Por el contrario, si nos sentimos tristes, por mucho maquillaje que utilicemos, por muchos tratamientos de belleza que sigamos, irremediablemente transmitiremos una sensación de abandono.
Visto este marco general, pasemos a abordar lo que realmente nos interesa. El microblading.
¿Qué es el microblading?
La revista digital Top Doctors indica que el microblading es una técnica de maquillaje que busca modificar el diseño de nuestras cejas, ofreciendo un aspecto natural con un carácter duradero.
El microblading se realiza de forma manual. Por medio de una pluma de metal desechable que contiene agujas de 3 o 5 puntas. Es, como si dijéramos, una especie de tatuaje sobre nuestras cejas. Cada pelo se dibuja de forma individual. Creando una imagen lo más natural posible.
Esta técnica es duradera, pero no permanente. El diseño del microblading puede permanecer sobre la ceja durante más de un año. Es adecuado que esto sea así, no de forma definitiva, porque los rasgos de nuestro rostro van variando con el tiempo. Un retoque de nuestras cejas hoy, mañana, puede quedar forzado. Al mismo tiempo, puede ser que el enfoque que le hemos de dar a nuestra mirada, deseemos cambiarlo pasado un tiempo.
El microblading permite que nos olvidemos de nuestras cejas durante una temporada, pero, a la vez, nos facilita ir cambiando nuestro look. Experimentando con diferentes imágenes.
Determinados factores como el estrés, el paso del tiempo, los cambios hormonales o los efectos de algunas enfermedades pueden hacer que perdamos volumen y definición en nuestras cejas. Que estas se vayan viendo despobladas. El microblading corrige este problema.
Por otro lado, los cánones de belleza imperantes en la sociedad se basan en la simetría, pero el hombre no es un ser simétrico. Tenemos dos ojos, dos cejas, dos pómulos, dos piernas, dos brazos, dos riñones, pero rara vez son totalmente iguales. La micropigmentación aplicada con el microblading corrige esos detalles asimétricos de las cejas, con los que a veces no estamos contentas, haciendo que nos veamos más bellas. Hemos logrado que ambas cejas sean más parecidas entre sí.
¿Cómo se aplica?
La estaticen de Centro de Estética Linaje, un centro estético del barrio de Argüelles, en Madrid, donde se aplican esta y otras técnicas novedosas en el campo de la estética, nos cuenta que el microblading se aplica en un par de sesiones de dos horas de duración y que sus efectos duran hasta 18 meses.
Es un tratamiento seguro, con todas las garantías de higiene, en un ambiente esterilizado y en el que se utiliza material desechable de un solo uso.
Antes de proceder a la micropigmentación, lo primero que se hace es una pequeña prueba en la ceja de la clienta. Si pasadas 24 horas desde que se aplicó el tinte, no se aprecia ninguna reacción en la piel, se puede comenzar a realizar el microblading.
En segundo lugar, se hace un pequeño análisis de las cejas. Es importante tener una pequeña conversación con la interesada. Averiguar qué razón le ha movido a solicitar el servicio. Cuáles son sus expectativas. No debemos olvidar que este es un tratamiento personalizado.
Al mismo tiempo es necesario conocer algunos hábitos de la clienta y ciertos rasgos de su piel. Se debe saber cuál es su exposición al sol, la reacción que tiene su vello a la luz, su tono de piel, su color de cabello natural, etc.
Finalmente, se mide la longitud y el grosor de las cejas naturales y se realiza una prueba de diseño para recibir el visto bueno de la clienta.
Antes de comenzar a dibujar los pelos sobre la ceja, la estaticen deberá acondicionar la zona. Se suele realizar una exfoliación para eliminar células muertas, procurando depilar lo menos posible la ceja, para aprovechar al máximo de vello natural.
Se debe tener en cuenta, que antes de comenzar el tratamiento es recomendable evitar la ingesta de alcohol, cafeína, especias y marisco que pueden interferir en la zona. Al mismo tiempo, la clienta no debe haberse sometido las dos semanas antes a otros tratamientos como la infiltración de bótox, la depilación con láser o la micro-abrasión que puedan haber debilitado el vello natural o haber paralizado los músculos.
Terminado el tratamiento, se recomienda proteger la zona mediante el uso de gafas de sol y no rascar o exfoliar la ceja durante un mes para no alterar la pigmentación.
Durante la primera semana no nos maquillaremos las cejas y limpiaremos la zona tratada con toallitas de bebé.
Un tratamiento en auge.
Cuenta la revista Grazia que el microblading es uno de los tratamientos preferidos por muchos hombres y mujeres que quieren perfilar sus cejas.
Antes, muchas mujeres, cuando se maquillaban para salir y veían algún hueco en la zona, lo intentaban ocultar con el uso de un lápiz de cejas o aplicando un poco de maquillaje. Era una solución provisional. Solo válida para la ocasión. Actualmente, muchas de ellas se inclinan por el microblading. Una técnica profesional con el que se consigue un efecto más natural y que permanece inalterable durante meses.
Muchas cerebritis y personalidades famosas han reconocido en entrevistas y en sus redes sociales que se aplican el microblading. Es el caso de las actrices Blanca Suárez y Paula Echevarría, de la presentadora de televisión Patricia Conde y de la cantante Ana Mena.
Y por supuesto de la influencer Georgina Rodríguez, la mujer de Cristiano Ronaldo, quien ha mencionado en algún que otro post de Instagram las maravillas de este tratamiento estético. Si Georgina se lo aplica, que cuida su imagen hasta el último detalle, es porque es bueno.
El microblading surge en Japón hace siglos, donde ya existía una gran tradición de tatuaje corporal y donde se aplicaron los conocimientos de este noble arte a la belleza femenina para conseguir unas cejas más estilizadas.
Hoy se está extendiendo por todo el mundo y han aparecido hasta modelos de diseños de cejas que aportan mucha personalidad, como son las cejas estilo Frida Kahlo o las cejas estilo Rosalía. Si bien, como dicen los expertos, para aplicárselos es importante recurrir siempre a profesionales.