La tecnología del PVC y su sostenibilidad

No nos cabe duda de que el PVC es un material con excelentes cualidades y propiedades. Versátil y con una infinidad de aplicaciones, el PVC parece ganar terreno en sectores como el de la construcción donde ocupa un lugar preponderante. Un claro ejemplo de esto lo tenemos en Replus, expertos en la venta e instalación de ventanas de PVC. ¿Por qué ha ganado adeptos este material en los últimos tiempos? Sencillamente, la tecnología del plástico, lo ha hecho posible. El hecho de que sea altamente reciclable y los avances tecnológicos propicien todos los aspectos referentes a su reutilización, han dado como resultado un material tan eficiente como sostenible.  

Gracias a su mencionada versatilidad y la infinidad de formas y formulaciones en las que s se puede encontrar el PVC, es fácil preguntarse ¿Qué es realmente el PVC? El PVC (policloruro de vinilo) es un termoplástico muy común, económico y versátil, cuyas propiedades lo convierten en el cuarto tipo de material plástico más empleado a nivel mundial.  

Este material, posee una gran capacidad de transformación que le permite adoptar multitud de formas y ser útil en infinidad de aplicaciones en todos los sectores. Dentro del sector de la construcción, podemos encontrar el PVC formando parte de productos rígidos como las tuberías, el vallado de los jardines o formando parte de los perfiles de ventanas en sustitución de otro tipo de materiales como el aluminio.  

Las formulaciones y los diseños en PVC han conseguido avanzar de tal manera que, en países en los que el aislamiento térmico es fundamental debido a las bajas temperaturas, es el material de primera elección. Esta presente por igual en productos muy específicos dentro del campo de la medicina, gracias a su propiedad de transparencia y flexibilidad que lo convierten en ideal para las bolsas que contienen la sangre, entre otras muchas aplicaciones. 

No obstante, se trata de uno de los polímeros de mayor complejidad en su formulación y procesado. 

Las grandes ventajas del PVC 

Como ya hemos comentado, se trata de un polímero de mayor complejidad que otros plásticos que puede, sin embargo, ser formulado a medida en función de la finalidad del producto que se vaya a fabricar con él. A razón de esas necesidades específicas del producto final, el PVC adquirirá unas excelentes propiedades como las que vamos a citar a continuación. 

  • Buena resistencia mecánica y frente al impacto, unido a una alta resistencia a la abrasión. Aspectos que lo convierten en un material ideal en el terreno de la edificación y la construcción, donde ofrece, además, una larga vida útil. 
  • Alta resistencia y mayor durabilidad frente a cualquier condición climática. Esto quiere decir que pueden utilizarse tanto en interior como en exterior sin necesidad de recurrir a ningún tipo de mantenimiento concreto como los barnices, pinturas o aceites que si requieren otro tipo de materiales como la madera.  
  • Ofrece una buena resistencia al fuego, siendo, además, un material auto extinguible. 
  • Constituye un excelente aislante térmico y eléctrico que permite proteger de manera eficaz el cableado eléctrico o convertirse en ventanas para viviendas e incluso grandes industrias. 
  • Se trata de un material reciclable al cien por cien. Existen en la actualidad, procesos mecánicos y químicos que hacen que los productos de PVC se reciclen con mayor facilidad.  
  • Su sostenibilidad es tal que el impacto ambiental de este tipo de plástico es menor que de otros, debido a su larga vida. Existen, por otro lado, esquemas específicos para que la recolección de tuberías, perfiles, cables o suelos se gestionen debidamente en la central de residuos, potenciando el reciclaje. 
  • La capacidad de ser formulado a medida permite obtener numerosas posibilidades en lo que acabados respecta: colores, transparencia, brillo, textura… 
  • Al utilizar para su fabricación diferentes aditivos plastificantes, concede una alta libertad de diseño y procesado. Es posible moldearlo de cualquier forma y con cualquier tamaño gracias a las tecnologías de los termoplásticos.  

Evidentemente, uno de los puntos a favor más importantes de este material, es su sostenibilidad y el impacto medioambiental que posee. Como todo tipo de material que se fabrica o transforma, el PVC también deja su huella y posee un impacto medioambiental. Aun así, la industria del plástico lleva años trabajando en el desarrollo de acciones de mejora en este sentido. Realizando a su vez, importantes esfuerzos para lograr minimizar ese impacto. Los centros tecnológicos que se encargan de este tipo de materiales ofrecen a las empresas que lo utilizan las herramientas necesarias para impulsar su sostenibilidad.  

Entre las medidas que deben tomar e implantar las empresas, se encuentran las siguientes: 

  • Utilizar PVC reciclado y reformularlo para mantener sus propiedades con la mayor cantidad de producto reciclado que sea posible en la obtención del producto final.  
  • Hacer uso de aditivos procedentes de fuentes renovables. 
  • Optimizar los procesos y utilizar energías renovables. 
  • Basarse en ecodiseños para un mejor reciclado de los productos de PVC. 
  • Procurar una recogida selectiva de los residuos en función del tipo: marcos de ventanas, tuberías, cables o suelos, por separado.  
  • Eliminar de la formulación los aditivos tóxicos. 

El PVC está en todas partes 

Como venimos contando, este tipo de plástico es muy versátil y tiene infinidad de usos y aplicaciones. Son muchos los sectores que tienen el PVC como material de vanguardia en diferentes áreas como la construcción, en la que está presente en revestimientos de cables, ventanas y puertas con gran poder aislante, suelos vinílicos, tuberías e incluso tejados o vallado. 

La industria del automóvil no escapa a las virtudes del PVC: panelados para las puertas, tapicería, alfombras, cables, ventanas o juntas, se fabrican en este material y ofrecen una gran durabilidad a los vehículos.  

Dentro del sector sanitario, podemos encontrar PVC en bolsas de aplicación sanitaria, guantes, partes del equipamiento, tubos o envases de medicamentos. 

Por supuesto en el sector primario, los productos de PVC que se utilizan son varios: tuberías de riego, mangueras, tanques para almacenar agua, invernaderos e incluso, maquinaria agrícola.  

Sin olvidar sus otras muchas aplicaciones en todo tipo de elementos y sectores como la juguetería, la fabricación de electrodomésticos, el mobiliario o el sector textil donde chubasqueros, botas o bolsos se confeccionan con PVC.  

Sobre su procesado, podemos decir que todas estas aplicaciones mencionadas, son posibles gracias a los dos tipos de PVC que se pueden fabricar: flexible y rígido. Independientemente del tipo que sea, su procesado consiste en la obtención del Dry-Blend y después, se hace la obtención del producto mediante un proceso de extrusión que, puede ser directa o en dos pasos.  

Para obtener el Dry Blend, se lleva a cabo un proceso en el que se incorporan los diferentes componentes de la formula, mediante una mezcla homogénea en seco. Es decir, en polvo. Entre sus ingredientes principales, se encuentran la resina y los estabilizantes térmicos que contribuyen a la prevención de su degradación. Con la finalidad de cumplir con los requisitos del producto final, puede ser posible y necesaria, la adición de diferentes tipos de aditivos. En el caso del PVC flexible, es necesario añadir plastificante a la formulación para obtener la flexibilidad pretendida.  

Mediante la extrusión, se realizad un mezclado en fundido de la mezcla seca anterior. Lo que hace que la mezcla sea moldeable y con ella, se pueda realizar el producto final.  

Quizá la mayor complejidad de la fabricación del PVC resida en la formulación que varía en función del resultado final que se persiga. El proceso como tal, es sencillo si se dispone de la maquinaria adecuada. Resulta de gran simpleza, hacer una dry blend, con los ingredientes necesarios, como si de una masa de bollería se tratara, a la que luego hay que pasar por el fuego. En el punto de “cocción” adecuado, la mezcla seca, adquiere la consistencia deseada para la posterior fabricación de los productos.  

No es de extrañar que este material sea cada vez más demandado y utilizado en todo tipo de sectores. El PVC ofrece una versatilidad indiscutible que lo convierte en un material adaptable a cualquier situación y circunstancia en el que se quiera aplicar. Si a dicha versatilidad le añadimos su durabilidad, su nulo mantenimiento y, por supuesto, su sostenibilidad, tenemos a nuestro servicio uno de los materiales más polivalentes y que menos huella de carbono dejan en el medio ambiente.  

Como tenemos que pensar cada vez más en las necesidades del planeta y dejar de dañarlo con nuestra “evolución”, resulta más que interesante disponer de este tipo de materiales que, permitan a su vez, mantener los recursos naturales. Sabemos que el plástico es reciclable y que posee unas cualidades que lo convierten en un material con grandes aplicaciones, de bajo coste y alto rendimiento. Sin embargo, no nos entra en la cabeza que, si lo utilizamos mal, pierde todas esas propiedades que lo convierten en el material ideal. Es sostenible, sí; reciclable, también. Pero esta en nuestra mano hacer un uso responsable del mismo. Una vez termine su vida útil, no supone nada, reciclarlo de la manera adecuada. Así no tendremos que tomarla con este tipo de materiales que, están en todas partes (incluso en los océanos causando una debacle) facilitándonos la vida.  

Sin duda, el PVC o el plástico en general, es un material muy paradójico que ha visto su salvación en las tecnologías que lo hacen mejor y más sostenible. 

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