Cuando el cuidado empieza por los pies

Sentirse bien por dentro, ayuda a vernos bien por fuera. Cuando el cuerpo no está en condiciones y sufre de algún tipo de dolencia, nuestro aspecto lo delata. Por lo que hay que sentirse bien por dentro para mostrarse esplendoroso o esplendorosa, por fuera. La buena salud, es sinónimo de belleza. Tanto si hablamos de la salud física, como de la emocional, lo esencial es que exista una armonía a todos los niveles.

Del mismo modo que se nos olvida a menudo que hay que cuidar nuestra salud, se nos olvida que, algunos puntos de nuestro cuerpo, son clave para ello. No prestamos atención a las extremidades por ejemplo, sobre todo a las inferiores y, por supuesto, a los pies. Los eternos olvidados en lo que a cuidados respecta. Con lo importantes que son y lo mucho que hacen por nosotros y, sin embargo, lo más que hacemos por ellos es ponerle un calzado cómodo.

Ha llegado el momento de concederles el protagonismo que merecen y dedicar un artículo a una de las terapias que más ayudan tanto a los pies, como al resto del organismo, a través de ellos. Se trata de la reflexología podal, cada vez más de moda. Esta terapia con milenios de antigüedad, tiene por protagonistas a los pies, aunque su importancia y trascendencia va mucho más allá. Los pies no sostienen sobre el suelo, soportan nuestro peso y nos conectan con la tierra. Podemos decir que, de algún modo, son nuestras raíces.

En nuestros pies, existen más de setenta mil terminaciones nerviosas por planta. Cuando se estimulan, pueden enviar mensajes a todas las zonas del cuerpo, cerebro incluido, a través del sistema nervioso autónomo. Toda deformación o anomalía en los pies, revela una alteración anímica de mayor o menor intensidad. Casi nada.

Entendiendo la reflexología podal

Para los expertos y entendidos en todo lo relacionado con la fisioterapia y los masajes, la reflexología o reflexoterapia podal, se conoce como Terapia de las Zonas Reflejas de los pies (TZR). Un método básicamente terapéutico como indica su nombre. Se trata de una terapia manual, no farmacológica y, por tanto, no produce efectos secundarios de ningún tipo.

En La Latina Masajes, profesionales dedicados a todo tipo de masajes terapéuticos, nos han explicado como una adecuada sesión de reflexología podal, de realizada de forma correcta, alivia y cura algunas dolencias comunes. Lumbalgias, cólicos nefríticos, cefaleas… pueden verse amortiguados o eliminados, mediante un tratamiento de reflexología. Al mismo tiempo que proporciona gran relajación y bienestar.

A diferencia de otro tipo de terapias manuales, la TZR, cuenta con una visión holística del ser humano, es decir, de la salud y la enfermedad, al tiempo que roza el campo de las emociones.

Los pies son el área de intervención terapéutica, aunque no debe confundirse la reflexología podal con un masaje de pies, puesto que se trata de una estimulación con intenciones concretas y precisas, para obtener una reacción en particular.

La estimulación se realiza mediante presiones y otras manipulaciones ejercidas en puntos concretos de la planta del pie, con ellos de produce una intensa irrigación y un estímulo de la inervación nerviosa local. Este efecto tiene la capacidad de sanar o mejorar todas las funciones de los órganos y tejidos del organismo.

Como sucede con otros muchos sistemas terapéuticos, la reflexología podal, ha ido desarrollándose de forma gradual y paulatina, a lo largo de toda su historia. Con el paso del tiempo, ha dejado de ser una práctica terapéutica rudimentaria ancestral e intuitiva, para convertirse en lo que es hoy: la terapia manual más difundida y utilizada en muchos países a lo largo del mundo. La curación a través de las zonas reflejas de los pies, se ha erigido como uno de los procedimientos terapéuticos más antiguos y universales.

Dado que la TZR activa la fuerza curativa del organismo, es beneficiosa para las personas sanas y las que sufran cualquier sintomatología o enfermedad. Una persona sana, por lo general, no presenta dolor en los pies, estando calientes y elásticos, bien irrigados. Cuando los pies se tornan fríos, con poca movilidad o, aparecen infecciones por hongos, callosidades, grietas, alteración de las uñas, se reduce el ángulo longitudinal o transversal, indica, por lo general, manifestaciones reflejas de sobrecarga orgánica.

Estas sobrecargas, pueden darse de forma súbita o resultar de una evolución lenta de semanas o meses, pudiendo apreciar bajo la piel depósitos. En numerosas ocasiones se descubren zonas reflejas dolorosas que no coinciden con que el paciente tenga molestias en la zona correspondiente. Puesto que el ser humano es una unidad vital dinámica, en la que todo se encuentra interrelacionado, es fácil comprender que el cuerpo intente neutralizar los trastornos el tiempo que sea posible. Mientras que en este estado previo, el dolor producido en puntos del pie, indican enfermedades posteriores.

Esta observación, abre todas las posibilidades a un cambio en el estado inicial de una enfermedad, por lo que la TZR, resulta de gran ayuda en la prevención y preservación de la salud.

Lo que la reflexología podal puede hacer por tu salud

En la mayoría de centros en los que ofrecen terapias de reflexología podal, se aconseja su aplicación en pacientes que padecen las siguientes patologías o problemas de salud:

  • Sobrecarga y dolor muscular, como trastornos musculares, síndrome cervical y lumbar, contracciones musculares, limitación de la movilidad articular…
  • Trastornos digestivos.
  • Dismenorrea y otros trastornos funcionales derivados del ciclo menstrual.
  • Resfriados o sinusitis.
  • Sobrecargas linfáticas.
  • Dolores de cabeza.
  • Insomnio.
  • Estrés.
  • Angustia.
  • Asma.
  • Enfermedades neurológicas.
  • Disfunción renal o cólicos nefríticos.
  • Embarazo.

La lista es larga y variada, abarcando problemas de salud de todo tipo. En lo relativo a las cefaleas, un estudio realizado en los años ochenta, demostró ya entonces que, la reflexoterapia podal es tan efectiva como la flunaricina, medicamento más utilizado para prevenir migraña. Con la ventaja añadida de la ausencia de efectos secundarios ni contraindicaciones.

Teniendo en mente todo esto, no es de extrañar que la TZR, sea cada vez más demandada y siga estando de moda. Lo que hay que tener muy presente es que, como terapia curativa que es, debe ser realizada siempre por un profesional competente y experimentado. Sobre todo cuando se trata de personas que sufren alguna enfermedad.

La aplicación de esta terapia, se realiza con unas herramientas de trabajo inigualables: las manos del profesional cualificado. No se necesita más que las manos para modificar de pies a cabeza, las condiciones del paciente.

Una sesión re reflexología, se realiza con el paciente estirado en la camilla, a una temperatura y ambiente cómodo y adecuado que facilite la relajación. Los terapeutas, ejercen presión con los dedos de las manos en todos los puntos de la planta del pie, poniendo mayor atención en los puntos más dolorosos y las zonas que llamen la atención del profesional.

Durante la aplicación de las presiones, el terapeuta, observa las reacciones que puede tener la persona, adaptando el tratamiento de forma continua. También cuentan con la opción de realizar estímulos sedantes o tonificantes en los diferentes puntos de presión, en función de las necesidades de cada persona.

Cada sesión tiene una duración de entre cuarenta y cinco y cincuenta y cinco minutos, y la periodicidad de las mismas, suele ser semanal, durante cinco o diez semanas, según el paciente y sus necesidades. También es posible establecer una periodicidad de mantenimiento programando sesiones una vez al mes.

Ya hemos visto en qué casos se aconseja la reflexología podal y como se realiza una sesión. Ahora toca conocer los beneficios que aporta. En el plano físico, aumenta la relajación, el tono vital, produce una limpieza de los órganos de depuración y la consiguiente desinflamación de los tejidos, lo que se traduce en mejor funcionamiento celular y de órganos y sistemas. En el plano emocional y psicológico, aumenta el estado de ánimo y la estabilidad emocional, equilibra los sistemas nervioso, simpático y parasimpático, permite la regeneración del organismo y aumenta la capacidad de autocuidado.

Los tratamientos se adaptan a las necesidades y el momento de la persona, por lo que las contraindicaciones son prácticamente inexistentes. Aunque conviene evitar los tratamientos completos en los casos en los que la enfermedades en fase aguda, cursen con fiebre alta o las que presenten inflamación importante en el sistema venoso o linfático.

Como decíamos al principio, los pies cuentan muy poco para la mayoría de bípedos que caminamos por el mundo. Podríamos decir que son como el tercer mundo del propio cuerpo. Uno de los objetivos de este tipo de terapia es rescatar a los pies de ese olvido en el que viven, salvo cuando dan problemas. Los pies conectan con todos los procesos que se producen en nuestro día a día. A través de ellos, expresamos muchas de las emociones que experimentamos. Los pies no solo sirven para salir corriendo en caso de necesidad, manifiestan la alegría, la tristeza y nuestras vivencias internas.

En definitiva, la terapia de las zonas reflejas de los pies, reflexoterapia o reflexología podal, lo que hace es que nos acerquemos a esa parte de nosotros mismos que, rechazamos o ignoramos. Los pies nos sostienen, por lo que hay que cuidarlos.

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