Mejor dicho, con las uñas. De uñas llevamos todo el día porque se nos ha roto una o se nos ha astillado otra. No hay nada que peor siente y resulte tan molesto como tropezar continuamente con esa uña rota. Se engancha a la ropa, te araña, te molesta… te molesta y punto. Además cuando cae una, empieza a caer el resto.
En estos casos en los que es inminente la necesidad de acudir a un o una profesional de las uñas (están de moda y por todas partes) para que arregle el entuerto, lo mejor y más rápido es hacerlo una misma en casa. La manicura perfecta se puede hacer sin necesidad de otras manos. Con las de una misma, basta y sobra.
Las expertas en el cuidado de uñas de Lovely Lashes, nos han explicado cómo hacerlo sin sufrir un colapso. A fin de cuentas, lo de pintarse las uñas no es algo que haya salido ahora de la nada. Para mantener las manos cuidadas y las uñas bien esmaltadas, no hace falta más que paciencia y ganas. Las virguerías decorativas, esas si podemos dejarla para las más profesionales.
Bien es cierto que está cada vez más de moda hacerse las uñas en plan creativo. Rayas, colores, dibujos, cada una diferente, como si de un pequeño lienzo se tratara cada uno de nuestros dátiles. Lejos queda eso de la manicura francesa, que aún se lleva, pero con innovaciones.
Como no vamos a hablar aquí de tendencias o moda dactilar, mejor nos centramos en lo elemental. Los pasos para lograr una manicura perfecta hecha con nuestras propias manos. Para las que saben del asunto, esto sobra, para las profanas, pues ahí va. Nada de virguerías, sencillez y cuidado para nuestras manos.
Manicura paso a paso
Lo primero primerísimo, si tenemos esmalte de la última vez, fuera. Independientemente de que vayas a regalarte una manicura permanente o no, elimina todo ese esmalte con un algodoncito empapado en el quita ídem. Impregna el algodón bien y presiónalo sobre la uña durante unos segundos. Esto hará que el esmalte se ablande y salga prácticamente solo. Repite la operación con dada una de las uñas de tu mano. Una vez eliminado todo, lávate bien las manos con agua y jabón.
Hasta aquí, todo fácil, simple y sencillo. Sobre todo si no llevabas esmalte que te ahorras la primera parte.
Lo siguiente es cortar y limar. Para las entusiastas de las uñas largas esto puede resultar sacrilegio, pero conviene limar de vez en cuando para mantener el largo. Mejor empezar cortando que limando, así lo dicen las expertas. Cortas poco a poco empezando por los bordes y limas para dar la forma que te apetezca.
Esta segunda parte también fácil, simple y sencilla. Sobre todo cuando utilizas la mano derecha (la izquierda en el caso de ser zurda).
Seguimos con las cutículas, esa piel que a veces crece demasiado y conviene ablandar antes de eliminar. Con la ayuda de un palito de madera o metal, según el gusto de cada cual, las vas empujando hacia su procedencia. Los excesos de piel, padrastros o pellejos, los cortamos con el corta cutículas. Nunca hacer esto sin ablandarlas que las consecuencias no son especialmente agradables. Tener en cuenta que esta piel protege las uñas, no hay que cortarlas hasta el punto de hacerse daño. Puede provocar una inflamación o infecciones en los dedos. Nada deseable.
Esta parte puede haber sido algo más complicada pero no demasiado. La siguiente, repite sencillez.
Exfoliar la superficie de las uñas. Esta parte del cuerpo a la que queremos rendir homenaje con una excelente manicura, también debe exfoliarse. ¿Cómo? Con una lima suave creada para el efecto. Pulir en la medida justa, el exceso puede provocar debilidad o facilidad para quebrarse.
No solo es fácil este paso anterior, además entretenido.
Ahora viene la hidratación. No podía faltar este paso para este tratamiento de belleza. Es que al final, la hidratación lo es todo: en la cara, la piel, el pelo, las uñas, el organismo. Aplicar la crema de manos masajeando las mismas en forma de círculos es el último de los pasos previos.
Ya terminamos con lo fácil. Ahora, lo más fácil todavía y los más divertido.
Ha llegado el momento para el que nos estábamos preparando con tanto esmero: el esmaltado, antiguamente conocido como pintarse las uñas. Primero, aplicar una base. Utilizar una base, no solo va a ayudar con la hidratación y el cuidado de la uña, también va a protegerla y evitar que quede manchada por el propio esmalte.
El intermedio para que se seque puede resultar aburrido, no puedes hacer gran cosa con las uñas así. La buena noticia, es que seca rápido. Paciencia no obstante, antes de continuar.
Asegurándote de que la base se ha secado, llego la hora. Comprueba el estado del esmalte que has elegido para la ocasión y aplica una primera capa, fina y homogénea. Empieza por el centro y de ahí, a los lados.
Otra insidiosa espera breve para que se seque bien esa primera capa y aplica una segunda. Esta vez, más gruesa. En el mismo sentido que la anterior: centro y lados.
Para finiquitar tu obra, séllala con un top coat que aportará brillo y longevidad a este esmaltado.
Para empezar no está nada mal hacerlo con diseños fáciles y sencillos. Ósea monocolor va bien. Poco a poco puedes ir haciendo tus propios diseños y practicar contigo misma o buscar una víctima. Tal vez te resulte más fácil hacerlo a otra persona que a ti misma.
Además que en el mercado puedes adquirir todo tipo de productos relacionados con la manicura. Desde secadores de uñas hasta plantillas para dar a tus manos ese aire diferente y especial.
Es importante prestar atención a los productos que utilizas, algunos esmaltes pueden dañar tus uñas o dejarlas quebradizas. Utilizar siempre bases y esmaltes que posean una buena calidad es garantía de buenos acabados y evita daños innecesarios en las uñas.
Una buena preparación de manos y uñas para que no sufran, la hidratación y un esmalte de calidad, ayudarán a que tus manos y uñas, luzcan que ni pintado.