Cómo identificar un buen vino sin tener ni idea

¿Quieres parecer un experto en buen vino sin tener ni idea? Fuera la vergüenza que es la principal enemiga y atento a los siguientes 7 pasos que hemos preparado para que puedas catar un vino en público y quedar como un entendido “resultón”. 

Si no distingues un blanco de un tinto en una cata a ciegas, ¡no te flageles! Es más habitual de lo que crees. El mundo del vino resulta encriptado y elitista para las personas inexpertas. Pero gracias a profesionales, como sumilleres, enólogos, restauradores y bodegueros estamos más cerca. Y es que, trabajan para acabar con el halo de ciencia minoritaria que ha rodeado al universo del vino durante muchos años. 

Debes saber que el vino conecta con aromas, sabores y matices personales, por ello, cualquier recuerdo gustativo que tengas en una cata está justificado. Así que agita tu copa con dignidad y busca matices en un buen vino. 

Hemos hablado con PLANTVID, viveros de vides en Valencia con variedades de vid para la producción de vino blanco, tinto y de mesa, con tienda online, para que nos expliquen los pasos para catar un buen vino como un experto sin tener ni idea. Nos han dado las siguientes recomendaciones: 

7 pasos para identificar un buen vino y parecer un entendido “resultón”

Observa y…, vuelve a observar, la tonalidad te informa

El primer paso antes de catar un buen vino es observar. Debes observar la copa y buscar los diferentes colores. Para ello, tienes que alzarla un poco, inclinarla y observar la tonalidad del vino. La tonalidad te dará información de lo que tienes entre manos. Si es transparente, el vino es filtrado y prensado, sin lías. Pero si el vino tiene un color potente y más espeso, te habla de madera, de frutas maduras y envejecimiento. 

Un experto con solo observar un vino ya sabe si es de su gusto. 

Consejo para principiantes: Tranquilo, paso a paso y verás como no es tan difícil, pero ¡ojo! No seas impaciente y caigas en el error de los novatos, aún no debes agitar la copa. 

“En nariz”. Un vino con barrica no siempre es mejor que uno joven sin ella

El siguiente paso es el olfato. Un buen catador introduce bien la nariz en la copa para percibir todos los olores que emergen de ella. 

Aspira de forma profunda para conseguir que los olores te transporten a lugares que tú solo conoces. Con los olores se sabe si estás ante frutas maduras o verdes. Esto indicará si el vino es más consistente, con más cuerpo y estructura o, por el contrario, es un vino más cítrico y fresco. 

Cuando un buen vino se somete a envejecimiento, el abanico de olores crece: pan tostado, bollería, vainilla, frutos secos…

Consejo para principiantes: En este paso también se comete otro error de novato. Debes saber que un vino con barrica no siempre es mejor que uno joven y fresco sin ella. No compres un “supervino” envejecido económico pensando que es una ganga porque no es mejor que un buen vino fresco y joven. Recuerda que barrica no es sinónimo de que matices, acidez y equilibrio funcionen.

Hay vinos jóvenes buenos que combinan con determinados platos y momentos. Además, su calidad supera la de otros “vinazos” de color intenso y estructura potente que casi se pueden masticar. 

Existen otros factores para saber si estás ante un buen vino o no, como: complejidad, matices, acidez y personalidad.

 El “meneíto” de copa, ahora sí, llegó el momento

¿Qué sería de una cata sin la puesta en escena de agitar la copa para oxigenar el vino? ¿Verdad?

Consejo para principiantes: Si no se te da bien agitar la copa al aire, colócala sobre la mesa y listo, problema solucionado.

Después de agitar la copa, se vuelve a oler el vino para descubrir aromas que se habían pasado por alto. Se hace para comprobar que el vino, después de agitarlo, tiene matices diferentes. Esto es una prueba de que el vino está vivo y que no para de evolucionar. 

Y en boca…, un buen vino te abre la mente

Consejo para principiantes: Es importante que te tomes la cata como un juego en el que pruebas nuevos sabores y abres la mente.

Cuando se deposita el vino en la boca para buscar la acidez en la lengua, debes mover el buen vino por todo el paladar. Toma aire mientras catas. ¿Por qué? Porque te hablará de lo que se llama el retrogusto, es decir, te aportará sabores mezclados con aromas. 

No te pongas nervioso si no descifras lo que hay en la copa. Recuerda que el vino es uva. Actúa, por ello, como la harías con la fruta y busca una primera sensación de melocotón, frutas tropicales o albaricoque. 

Un truco, es decir que encuentras notas de frutos secos del bosque porque es cierto. Después, ya buscarás otros matices y notas de bollería parecidas a las que percibes cuando abres un cruasán por la mitad, por ejemplo, de madera o frutos secos. 

¿Qué es la persistencia del buen vino?

En una cata es muy importante identificar si estás ante un vino largo o corto. ¿Cómo saberlo? Piensa que un buen vino es largo y persistente, es decir, permanece en tu paladar después de haberlo degustado. 

La versatilidad

Cuando hayas resuelto los puntos anteriores como si fueras un experto, fíjate en qué platos pueden ser buenos compañeros de viaje del vino que tienes entre manos. Para ello, debes tener en cuenta una serie de aspectos. Por ejemplo, los vinos con estructura casan bien con quesos. Mientras que los vinos frescos y cítricos funcionan bien con ensaladas y escabechados. 

Consejo para principiantes: es un error pensar que el queso debe maridar siempre con vinos blancos. Un vino fresco o un Jerez maridan bien con una tabla de quesos. 

Datos resultones para que quedes como un entendido

Tranquilo, no tienes por qué conocer todas las variedades de uva al dedillo. Pero hay datos resultones que puedes lanzar en la mesa de la cata para lucirte. Uno de estos datos es el siguiente: mientras que hace años predominaban los Burdeos, vinos de fuerte personalidad y con cuerpo, ahora la región francesa de moda es Borgoña. Sus vinos son elegantes, con fruta fresca y poca madera, que resultan suaves y muy versátiles. Estos vinos funcionan muy bien con los pescados. 

Consejo para principiantes: Quítate de la cabeza los clásicos Riojas, Riberas del Duero o Rueda, hay vida y buen vino más allá. Existen otras D.O. que debes conocer si quieres quedar de entendido. Desde Costers del Segres a Vinos de la Mancha, son grandes opciones. 

Consejo extra: ¿Cómo saber si un vino está malo?

El color de un buen vino debe corresponderse con él. Para que te hagas una idea, un blanco joven equivale a un color amarillo pálido, pajizo o pajizo verdoso. Por otro lado, un buen vino tinto en barrica obtendrá un color más apagado, con un rojo teja o tenderá a anaranjado. Son simples trazos. 

Aunque a muchos no les guste, para nosotros los posos del vino son una virtud y no un defecto. 

Otro factor a tener en cuenta para saber si un vino está malo es el aroma. En un tinto, aromas a corcho, vinagre o exceso de alcohol son signos de contaminación, error en la vendimia o en su elaboración. 

En boca, la palabra clave es el equilibrio, es decir, obtener un vino redondo entre todos sus componentes, entre todos sus sabores. 

Si sigues estos pasos y nuestros consejos para principiantes, tu próxima cata será un éxito total. Parecerás entendido sin ser un experto del buen vino. Y ahora sí, el último paso, coge la copa, míranos a los ojos, brindemos y a degustar el buen vino. Recuerda que si a ti te gusta el vino que estás tomando, ese es un buen vino. 

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