Todos somos conscientes, y quienes no lo sean ya va siendo hora de que se enteren, de que los excesos en la dieta hay que hacerlos muy de vez en cuando. No se trata de hablar de estética y de esos kilos de más que pueden llegar a sobrarnos a todos en algún momento concreto de la vida, o en general en toda nuestra vida, sino de salud. Y es que se puede estar delgado pero no estar sano y viceversa.
Obviamente podemos tomarnos una cervecita de vez en cuando, o una copa, pero beber alcohol a diario (por poca gradación que tenga la bebida) ni es sano ni nos hace ningún bien a nuestro organismo. Del mismo modo, tomar algo de dulce ultraprocesado como algo especial no nos va a matar pero comer asiduamente este tipo de productos puede pasarnos factura a largo, y no tan largo, plazo.
¿Y por qué digo esto? Pues porque hay un dulce español, alicantino para ser más exactos, que a la mayoría de españoles nos encanta y que solo comemos una vez al año, al menos en su forma original, pero luego nos sacamos algún que otro “as” de debajo de la manga para poder saborearlo en alguna que otra ocasión más. ¿Sabéis de qué hablo? Del turrón de Jijona, por supuesto. Hay quien es más fan del turrón de Alicante pero yo, tanto por su dureza como por su sabor, me quedo con el turrón de Jijona, también conocido como “turrón blando”.
Cabe destacar que los ingredientes de este dulce, si nos ajustásemos a la realidad, no serían tan malos. De hecho, incluso podríamos decir que no es un ultraprocesado de los malos sino un procesado relativamente aceptable porque hablamos de almendra molina, canela molina, ralladura de limón, clara de huevo y (ahora es cuando llega el problema) miel clara y azúcar. Y es que todo parece bastante “natural” hasta que nos topamos con la gran cantidad de azúcar que le ponen a este dulce tan típico de la Navidad y de ahí que, en cierto modo, demos gracias de que sea un dulce que solo se come en Navidad ¿o no?
Pues en realidad no tenemos por qué ceñirnos solo a esta época del año para saborear el turrón de Jijona porque en verano podremos encontrar helado de turrón en la mayoría de las heladerías españolas, del mismo modo que en Italia encontramos helado de limoncello. Pero hoy no os traigo la receta del helado de turrón, más que nada porque siempre que he intentado hacer helado casero me ha salido fatal (no tanto por el sabor como por la textura). Hoy lo que os traigo es la receta más sabrosa, y sencilla, para hacer una buena tarta de turrón de Jijona sin horno.
Ingredientes
- Galletas tipo María 115 g
- Mantequilla 40 g
- Leche un chorrito
- Turrón de Jijona 300 g
- Leche 300 ml
- Nata líquida 300 ml
- Gelatina en láminas 4
- Crocanti de almendras 125 g
La tarta de turrón que os traigo es una tarta cremosa, muy dulce, que hace la boca agua y que para verano es perfecta para combinar con helado de vainilla, por ejemplo, pero que también es ideal para elaborar ya que no necesita horno y, al menos para mí, cocinar con horno en verano es un suplicio por el que no deseo pasar de ninguna de las maneras.
Hay muchos tipos, y muchas marcas, de turrón de Jijona pero comprarlo fuera de su estación natural se complica un poco, no tanto por el dónde encontrarlo (en las grandes superficies como Carrefour y similares es fácilmente localizable) sino porque su variedad es mínima y su precio más elevado. Yo recomiendo optar por la compra de turrón artesano en tiendas especializadas como Adelia Iváñez, donde venden este producto los 365 días del año.
La receta
Fundimos la mantequilla en el microondas o en un cacito al fuego. Trituramos las galletas y las mezclamos con la mantequilla y un poco de leche. Cuando hayamos obtenido una masa homogénea, cubrimos con ella la base de un molde desmoldable de 18 cm de diámetro, forrado con papel de horno (base y paredes). Guardamos en la nevera mientras preparamos el relleno.
Hidratamos las hojas de gelatina en agua muy fría. Troceamos el turrón y lo introducimos en un cacito junto con la leche. Calentamos al tiempo que removemos hasta que el turrón se haya disuelto e integrado. Añadimos entonces la nata líquida y mezclamos bien.
Retiramos el cacito del fuego y añadimos las hojas de gelatina bien escurridas. Removemos para homogeneizar y vertemos el molde, con cuidado para no dañar la base. Esperamos a que atempere antes de pasar a la nevera, donde dejamos enfriar seis horas o, incluso mejor, toda la noche.
En el momento de consumir retiramos la tarta de la nevera. Desmoldamos, retiramos el papel y colocamos en un plato de servir. Cubrimos con almendra crocanti y servimos tal cual o acompañada de nata montada, helado de vainilla o un coulís de frutos rojos.
¿Cómo elaborar un buen coulís?
Ingredientes
- 250 g de frutos rojos a elegir (frambuesas, arándanos, fresas…)
- 2 cucharadas de azúcar (o más si la fruta es ácida)
- Zumo de limón
Elaboración
Ponemos al fuego todos los ingredientes añadiendo algo de agua si es necesario y dejamos hacer hasta que la fruta esté muy tierna.
Pasamos por la batidora si queremos una textura fina, o simplemente trituramos con el tenedor si nos gusta más gruesa.
Y por último: a comer!!!
Creo que hay otro tipo de receta de tarta de Jijona que elaboran con cuajada, en lugar de con gelatina, pero tengo entendido que es una receta que suele hacerse en la clásica Thermomix u otros robots de cocina similares y yo soy de las tradicionales, de las que pierden las ganas de cocinar cuando hay un robot que se lo hace todo así que, al menos por ahora, no me he rendido a los beneficios de la Thermomix, ni creo que lo haga dentro de poco.