Mantener nuestra belleza a la vista es posible en Halloween

¿Se puede seguir siendo sexy con un disfraz? ¿Incluso con un disfraz de Halloween? Seguramente, esta haya sido una de las preguntas más repetidas a lo largo de las semanas del pasado mes de octubre, semanas previas a Halloween. Mucha gente suele pensar que hacer de nuestro cuerpo y vestimenta algo terrorífico está reñido con el hecho de mantener nuestra belleza, pero la verdad es que no hay nada imposible ni mucho menos. Desde luego, no cabe la menor duda de que hay gente que lo ha conseguido. De hecho, es cada vez más el número de personas que forma parte de ese club.

Está claro que todo el mundo tiene prioridades y que también son muchos y muchas quienes «sacrifican» su belleza para hacer que lo terrorífico gane terreno con su disfraz o con su maquillaje. Es lógico que así sea. Pero, como os estamos diciendo, para quienes no quieren perder ni una posibilidad de mostrarse guapo o guapa hay cada vez más opciones. Nosotros, durante esta última fiesta de Halloween, hemos visto a mucha gente que ha tenido éxito en ese propósito de seguir mostrando todo su atractivo. Y esa va a seguir siendo la tendencia en los próximos años.

Mantener la belleza incluso cuando vamos vestidas de una manera terrorífica es algo que ya podríamos considerar habitual. Así nos lo han hecho saber desde La Casa de los Disfraces, cuyos profesionales indican que esta es una de las grandes necesidades y preocupaciones de aquellas personas que tienen ganas de celebrar la festividad de Halloween, al menos en lo que ha tenido que ver con este año. Ni que decir tiene que cada vez hay una mayor variedad de disfraces que nos permiten conseguir ese objetivo y que este es uno de los motivos por los que sigue creciendo el número de personas a las que les gusta que llegue la noche del 31 de octubre.

Lo cierto es que poner en valor nuestra belleza es algo que nunca está de más, incluso cuando llega una fiesta como lo es Halloween en la que lo que se trata, en muchas ocasiones, no es de conquistar a nadie sino de aterrorizarlo. Está claro que sentirse bien con uno mismo o una misma es cada día más importante para muchas personas y que es ese motivo el que lleva a mucha gente a apostar por disfraces que realcen su belleza. No es para menos.

Estar alegres nos hace guapos y guapas

Es una máxima que no podemos olvidar en ningún momento. La alegría y las sonrisas hacen que nuestra cara sea mucho más atractiva. Y, además, nos permite potenciar algo mucho más interesante, que es nuestra alegría. Una cosa termina llevando a la otra. Y no podemos pasar por alto una relación tan fructífera para nosotros y nosotras como la que tienen nuestra alegría y belleza. De ambas cosas se puede desprender la consecución de la felicidad. ¿Y acaso esta felicidad no es lo más importante?

Todo lo que os hemos comentado en el párrafo anterior está sustentado en una noticia publicada en la web de Contigo Tomás en la que se hace hincapié en que disfrazarnos es una manera ideal de maximizar la alegría en cualquier situación o evento. Desde luego, no cabe la menor duda de que es idóneo que todo el mundo tenga en consideración esta cuestión para poder optar a sentirse mejor consigo mismo o misma. Es evidente que esto puede ayudar a una enorme cantidad de gente que tenga un problema de autoestima, que es más común de lo que nos podemos llegar a imaginar.

Halloween es una de las festividades que más tradición está generando en España en los últimos años. En todos los rincones de nuestra geografía hay celebraciones relacionadas con esta actividad a medida que se va acercando el 31 de octubre. Se celebra en ciudades tan dispares como Sevilla o Bilbao, Valencia y La Coruña, Madrid y Soria. Da lo mismo. El caso es encontrar en una fiesta como esta la posibilidad de encontrar ese momento de disfrute que, por desgracia, hemos perdido durante el último año y medio a causa del coronavirus pero que empezamos a recuperar.

Estaremos todos y todas de acuerdo en que este tipo de fiestas son necesarias. Mucho más que necesarias. Nos permiten encontrar el ocio y el asueto necesarios para poder decir sin miedo que somos felices y que tenemos la intención de seguir siéndolo. Y, si de paso, podemos conservar y ensalzar nuestra belleza, mejor que mejor. Es lo que siempre hemos deseado: ser felices mientras seguimos presumiendo de cara y de cuerpo. Desde luego, es algo que todos y todas deberíamos tener en consideración. Es un consejo que conviene no desoír.

 

 

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